La historia de Martín
En un Centro de Acogida se viven situaciones muy complicadas y tristes en muchas ocasiones… pero por suerte, historias como la que os vamos a contar… ¡nos hacen ver que no siempre es todo tan malo! Y que merece la pena seguir luchando. Hoy queremos compartir con vosotros una historia que nos ha robado el corazón a todos los que formamos parte de Ribamontes, y estamos seguros de que también te conmoverá a ti: LA HISTORIA DE MARTÍN.
MARTÍN, 8 años y un corazón gigante
Hace unos días os adelantamos un poco de esta historia en nuestro Facebook @Ribamontes, pero hemos pensado que, como historias como esta no ocurren todos los días, Martín merecía tener un espacio en nuestro blog, desde donde os podríamos contar todo mucho mejor.
Martín cumplió el mes pasado 8 años. Como todo niño, celebró el cumpleaños con sus familiares y amigos. Hasta aquí todo os parecerá normal, pero si sigues leyendo te darás cuenta de que Martín es un niño con magia.
Pidió dinero por su cumpleaños para donarlo
La sorpresa vino cuando aparecieron en el centro sus padres y nos contaron que Martín había pedido por su octavo cumpleaños dinero. Quizás estás pensando que, como cualquier niño, el dinero es para comprar videojuegos o para gastárselo en juguetes pero… ¡no! Para nuestra sorpresa, Martín recogió dinero para donarlo al Centro de Acogida Ribamontes y a La Canera, y así ayudar a todos los animales que tenemos a nuestro cuidado.
¿Puede haber gesto más bonito? Viniendo de cualquier persona nos sorprendería y nos encantaría, pero viniendo de un niño de 8 años, directamente nos roba el corazón.
Hay muchas formas de ayudar a un Centro de Acogida
Quizás nunca te has parado a pensarlo, pero hay muchas maneras diferentes de poder ayudar a un Centro de Acogida. Es decir, no hace falta siempre adoptar a un perro o un gato, se puede ayudar aportando nuestro granito de arena con otras cosas. A lo mejor nunca te lo habías planteado, pero leer esta historia te ha hecho abrir los ojos.
En un Centro de Acogida de animales perdidos y/o abandonados como Ribamontes, toda ayuda es buena: dinero, comida, mantas y también, sin lugar a duda, manos dispuestas a ayudar como voluntarios.
Esperamos que la historia que acabáis de leer os haya enamorado tanto como a nosotros. Vivirla en 1ª persona sí que fue increíble. ¡Hasta la próxima!